Ahora que ya hace casi 4 meses de ese día tan memorable, es un buen momento para recordar. Desde que cogimos el coche el día anterior para ir a Valencia, me dí cuenta que estaba en vísperas de un acontecimiento único, histórico y especial. Por ello engalanamos el coche como bien se merecía y pusimos rumbo a tierras valencianas. Lástima de lacito rojiblanco, que se nos voló nada más salir del matadero de Durango. El trayecto fué increíble. Era una auténtica procesión rojiblanca. Un 85% de los coches que veíamos por carretera, iban a Valencia, y cómo nó, iban bien ataviados con atuendos rojiblancos, como debe ser.
Como anécdota que nunca olvidaré, quedará ese coche de obras (de esos con un letrerito en el techo que te indican que te cambies de carril), casi en Zaragoza, en el que pude leer con total incredulidad, AUPA ATHLETIC!! Y ásí llegamos a Valencia. ATHLETIC HIRIA, nuestra primera parada, ¡¡cómo iba a ser de otra manera!! Era ya de noche, y el partido no era hasta el día siguiente, pero aquello parecía ya San Mamés. Cenamos y pasamos un buen rato. Lástima que cuando fuimos a coger el coche, nos lo encontramos con los cristales rotos y sin maletas. Alguien nos quería aguar la fista...y por unos momentos interminables lo consiguió. Pero es mejor no recordar estos momentos, no merece la pena.
Nos fuimos a dormir a Gandía, a casa de un amigo de mi tío. Al día siguiente nos despertamos con fuerzas renovadas. Había llegado el gran día, un día que quizás no volvamos a vivir nunca más, y había que aprovecharlo. Nada más levantarnos, mi tío y yo nos fuimos a dar un baño a la playa. Estaba lloviendo y el agua estaba pelín fría. No había nadie en la playa, pero allí estabamos mi tío y yo, ¡¡ De Bilbao, la hostiaaa!! Que no se diga...
Después del bañito, nos dirigimos de nuevo a ATHLETIC HIRIA. Si lo que ví el día anterior me dejó acojonado, lo que ví en ese momento me dejó sin palabras. Que suerte tenía de estar allí en ese momento. Es por ello por lo que he elegido ese momento, como la foto principal de mi post. Pero las sorpresas aún no habían acabado. Era el día de la final, y yo no iba a poder ir al partido con mi camiseta del Athletic. Me la habían robado junto con las maletas. Mi padre, en un gesto que no olvidaré jamás, nos compró a mi hermana y a mí una nueva camiseta del Athletic, en ATHLETIC HIRIA. La publicidad en ese momento, me resbalaba. A partir de ese momento se convirtió en la camiseta que más ilusión me ha hecho tener. Mi aita nos decía ¡¡pero cómo ibais a ir vosotros a la final sin camiseta!!
Llegó la hora de comer. Teníamos reservada una paella en un restaurante de las afueras de Valencia. Poco ambiente, me imaginaba yo. Poco ambiente... atención a estas fotos...
A partir de este momento...os lo podéis imaginar. Es el momento en el que me voy a dejar de palabrerías y voy a poner una sucesión de fotos, a veces una imagen vale más que mil palabras suelen decir.
Aquí me detengo brevemente. Este es un momento especial. Buscas tu puerta de entrada a Mestalla. Entras, vas subiendo las escaleras. Cada vez te van temblando más las piernas. Encuentras la boca de salida y.........
.........al fín sientes lo que es estar en el cielo...
AUPA ATHLETIC!!!
PD: Va por tí Edgar